diciembre 22, 2012


Pobreza y marginalidad.

La pobreza es una carencia material. El pobre no interioriza estas carencias y estas nunca tienen consecuencias en su vida no material. Entiende cuales son sus necesidades y solo pretende satisfacerlas. No siente la pobreza como una incapacidad que lo separe de los demás hombres y vive dentro de la sociedad y, dentro de ella, busca resolver sus carencias materiales.
El marginal, en cambio, se define por su falta de pertenencia. Vive, precisamente, "al margen" y culpa de esto a los demás. La diferencia entre el pobre y el marginal ocurre en el interior de la persona, no en sus posesiones materiales. El pobre carece de bienes necesarios para la subsistencia, mientras el marginal sufre carencias emocionales. Siente que ha sido dejado al margen, culpa de ello a los demás y buscará, por sobre todas las cosas, posicionarse por encima de quienes él siente que lo han marginado.
En su papel de víctima, el marginal podrá hacer uso de cualquier recurso, aún aquellos que sean ilegales, porque su lucha es por hacer justicia. En su interior, su venganza será un acto de justicia.
La marginalidad no tiene que ver, necesariamente, con la pobreza. El marginal podrá tener bienes (incluso haber logrado una buena fortuna) y aún así sentirse marginado por personas o sectores con mayores riquezas aún que él. Ejemplos de esto puede verse de a cientos en la política de nuestro país.
La marginalidad puede encontrarse en cualquier sector, en cualquier hombre, sin importar raza, creencias, posición económica. Marginal es todo aquel que se siente al margen y sin las oportunidades que cree merecer. Desde el pobre que roba comida hasta el funcionario público que se envuelve en impunidad para poder sentirse por encima de todos, incluso, de la misma ley. Desde el empleado que cumple con su trabajo con desprecio hasta el político proscrito que se convierte en tirano.
Cualquier semejanza con la realidad política, económica y social de nuestro país NO es consecuencia.

diciembre 10, 2012


Entre todo o nada, ir por todo


¿Por qué es tan importante para el oficialismo permanecer, como sea, en el poder?
Sin Cris no hay Kirchnerismo, ni Gobierno, ni poder, ni nada. Y lo saben.
Tanto para  los funcionarios del oficialismo como para los intelectuales que defienden el relato desde los medios, el futuro no tiene nada de incierto: el mismo día que Cristina entregue la presidencia (sea en 3 años o 30) ellos tendrán que deponer sus armas, dejar sus privilegios de cortesanos, ponerse a disposición de la Justicia, etc..
El día que dejen de ser oficialismo serán nada.
El Gobierno ha mantenido su imperio y su relato a través de fondos  públicos. Cada militante, cada periodista, cada anuncio en la TV Pública (aunque no siempre sean anuncios del gobierno como incluir en la propaganda oficial una película privada sobre Él), cada relator del futbol para todos, cada artista en la Plaza...todo se paga y se financia con dinero del Estado.
No hay una sola columna de este gobierne que no esté asentada sobre fondos públicos. Pero lo más grave, y lo saben, es la falta absoluta de argumentos.
El día que Cristina entregue el mando a quien sea que siga, y el Kirchnerismo deje de ser oficialismo, perderá hasta el último centavo con el que se mantiene toda la estructura de poder y del relato. No estarán los $40mil pesos para pagar la bella mierda de Barone; ni los $100mil dólares por recital que cuesta alimentar el asco de Fito Paez por la oposición.
No habrá un solo peso del Estado para seguir financiando aduladores. Ni argumentos con mantenerlos cerca.
Todos lo saben, esto no es noticia. Cada periodista que el relato compró no podrá pagarse; cada militante que se proclamó un soldado de Cristina, tampoco.
Por eso es que necesitan el poder absoluto. Por eso es que hay que defender el Modelo con la vida, porque hay que aferrarse a las arcas del estado con uñas y dientes.
El Poder, para el Kirchnerismo, no es una opción, es la única forma de supervivencia. El día que el Kirchnerismo sea oposición no habrá dinero para llenar plazas, comprar votos, pagar la lealtad de los grandes señores feudales de las provicias del interior (que, obviamente, respoderán al nuevo oficialismo).
El Kirchnerismo sabe que ser oposición no es algo viable. O son oficialismo o son nada.
Mientras tanto, se aferran a lo que sea, compran los soldados que sea necesario para llenar una plaza...y no la llenan. Con Charly García, Fito Paez y otros nombres más; con todos los colectivos comprados para la ocasión...el Kirchnerismo no juntó ni la mitad de la gente que llenó la Plaza el 8N (gente que fue GRATIS).
¿Sabés qué pasa? Ahora Cris prefiere gastar 2 millones de dólares en la chacrita de Máximo en lugar de invertir en soldados. Y es que Cris sabe que en tres años se le cierra la canilla y, más que pensar en sus soldados, hay que pensar en la familia.
Del sillón cuelgan y colgarán durante los próximos tres años, los miles de soldados que quieren evitar lo inevitable: la caída.

noviembre 03, 2012


El humilde curita de Purmamarca, hace ya algunas décadas, cuando todavía mis huesos me dejaban llegar a las alturas del norte, era un hombre de una fe intensa, inquebrantable. Afirmaba tener, con visible orgullo, su fe intacta, tal como se corresponde a un hombre religioso.
Con esa fe construía escuelas y enseñaba a los aborígenes, sin ocultar la culpa que lo movilizaba en aquellas tareas.
─Estos son los huérfanos que creó la Iglesia─ decía.
 Era un curita humilde que tenía esa costumbre tan mal vista por su propia Iglesia, la costumbre de pensar.
En las conversaciones que pudimos tener por aquellos años me enseñó muchas cosas, no solo sobre la fe sino también sobre la vida.
Recuerdo una tarde mateando bajo el único árbol que por entonces crecía en la zona y que estaba, naturalmente, sembrado en el patio de la pequeña Iglesia de adobe en la que daba sus misas.
─ Me cuesta creer ─dijo esa tarde─ en los milagros que adjudican a Cristo. No puedo, y no es que mi fe esté dañada, es solo que que los hombres no hacemos milagros. Cualquiera que haya vivido sabe que un hombre es incapaz aún de los más pequeños e inútiles milagros. Y Jesús era un hombre.
Llegado a este punto se detuvo y se quedó mirando el camino que se alejaba del pueblo, como si esperara que ese mismo camino le devolviera a alguien que hacía mucho le había quitado.
─En cambio, las mujeres...─ dijo.

noviembre 01, 2012

El poeta había desaparecido de las librerías. Años sin libros nuevos, sin un poema. Y es que hacía años buscaba palabras para aquella mirada.

octubre 31, 2012


Teoría de los espejos:

I. En cada espejo duerme el reflejo completo de todas las cosas, menos de si mismo. Para poder reflejarse a si mismo necesitará, indefectiblemente, de otro espejo.

II. Cuando dos espejos se encuentran ocurre, como una antigua magia, el amor.

octubre 24, 2012

Los Staretzis
(A León Tolstoi y su larga barba)


Aún cuando nos empujen, nos obliguen, aún cuando nos impongan disfraces, nos quieran cambiar; aún cuando nos dejen solos, nos rodeen sin acompañarnos, aún cuando nos digan qué pensar y qué sentir, aún cuando nos quieran uniformar, aún cuando juren querernos sin querernos, seguiremos resistiendo.
Podrán cambiar un día nuestra apariencia, pero no cambiarán nuestros ideales. Siempre, sin dar una tregua, volveremos a ser los Staretzi.
Hagan los que hagan, digan lo que digan. Resitiremos a la mediocridad y seremos verdaderos.

octubre 23, 2012



Y ahora a trabajar. No de "escritor". Quizás por eso es que a uno le cueste verse como lo que es y asombrarse cuando alguien se refiere a uno por la profesión que a uno mismo le da vergüenza, a veces por humildad, adjudicarse.
Uno no puede ser feliz ni sentirse plenamente realizado sin ser lo que es.
Ya siglo XXI y todavía los estados no entienden que "trabajo" es igual a "ser". No soy un desocupado que escribe, SOY un escritor, tengo trabajo.
Mientras, las voces del estado nos dicen que crean fuentes de trabajo. Pero en realidad ocupan gente poniéndola a hacer cosas.
Eso ni es trabajo ni dignifica. Trabajo digno es vivir de la vocación, de lo que uno hace y es.
¿Un ingeniero taxista? ¿Un músico quiosquero?
Esto no es cuestión de un gobierno u otro, ni de ideologías políticas ni nada de eso. Acá no hay "culpables": es el concepto de "vida digna" medieval que tenemos todavía y que todavía manejan nuestros estados.

¿Cómo un escritor puede ser un desocupado cuando escribir es algo tan infinito? ¿No hay nada que pueda escribirse acaso?
¿Se nos gastó el abecedario? ¿El diccionario? ¿Cómo puede alguien que escribe no tener nada qué escribir? ¿Cómo un escritor puede ser un desocupado?

Pero no soy un desocupado, un hombre sin trabajo: SOY un escritor, trabajo jamás me falta. Me falta un sueldo, un ingreso directamente asociado con lo que hago y soy.
Mientras haya una historia que contar, un sentimiento que expresar, tendré trabajo. Lo que nunca tendré es la dignidad de ser lo que soy mientras sigamos creyendo que trabajo es cualquier cosa que uno haga por dinero. Para el que hace lo que le digan por dinero existe un término: mercenario. El trabajador es quien hace lo que es y vive de ello.
A los gobiernos, por favor, recomiendo que tomen nota.

octubre 13, 2012


Solían llamarme de la empresa que mide el rating de los programas de televisión. Ya saben: llaman por teléfono para preguntar qué programas miras y esas cosas.
Con esa información ellos después deciden qué cosa es la cultura que vale y tiene un espacio en los medios.
El tema es que desde que me mudé a la capital empezaron las llamadas ─por alguna razón nunca llaman al interior.
Yo respondí siempre con la verdad, intenté colaborar, pero no han llamado más. Dicen que tirarme en la cama a recordarte no cuenta para la medición del rating. Yo creo que es porque saben que perderían.

octubre 05, 2012


Paradoja de la lluvia:

La lluvia inspira. A muchos la lluvia nos inspira. Tal vez porque obliga al reclutamiento. O porque es como regar la nostalgia.
Cuando llueve es más placentero sentarse a escribir con la taza de café junto al computador (cada cuál con sus gustos).
Pero cuando llueve me cuesta, si no es que me resulta imposible, dejar de escribir sobre la lluvia. 

Las tardes que no había mucho para hacer se entretenían recorriendo el contorno de las sombras. Un día era la sombra de una simple hoja, otro, sombras con formas más complejas, pero siempre pequeñas formas, distancias accesibles. Cuando terminó la época de recolectar hojas, las dos hormigas emprendieron la aventura más grande de sus vidas: perseguir la sombra de un pájaro que cruzaba el cielo hasta donde él las llevara.

octubre 03, 2012



"El Senado aprobó esta tarde en el recinto una declaración similar a la que fue suscrita en la Cámara de Diputados para instar a las fuerzas de seguridad a "adecuar sus acciones a pautas de funcionamiento democrático y subordinación a las autoridades legalmente constituidas"."

Ya está, ahora sí que no sé quién le está tomando el pelo a quién. 

Y mientras el ejército toma las calles de Buenos Aires al grito de "el pueblo no se toca" y el Comandante Chávez detiene a periodistas argentinos que fueron a Venezuela como veedores internacionales en las elecciones del próximo domingo, Barone ya entregó CV en mesa de entrada en Clarín, Cristina ya encargó el discurso que termine con la frase "la casa está en orden" mientras pide al ejército la lista de los posibles desaparecidos para ir empezando los trámites de expropiación de sus bienes como en los viejos tiempos, Máximo encargó 5000 AK-47 por si hay que sacar a La Cámpora a defender la democracia al estilo "montonero" (y de paso empezar su carrera política como su papi y su mami), Victor Hugo se babea pensando en volver a ser un periodista amigo de las FFAA,  y las masas militantes instalan el hashtag #GolpedeEstado en las redes.

Tarde entre soleada y nublada. El ejército pide tranquilidad y defender la democracia, el gobierno electo defiende y justifica el ataque a la prensa argentina en Venezuela.

Los unos y los otros. 

octubre 02, 2012


Yo creo en las mariposas como otros creen en ángeles o esas cosas. También que están especializadas según sus colores. Por ejemplo, las amarillas, que aparecen cuando alguien toca algún instrumento musical; las atigradas, que traen trabajo cuando alguien necesita dinero; o las blancas, que protegen a los enfermos.
Yo creo en las mariposas como otros creen en ángeles o cosas así. También creo en los animales totémicos, protectores. Y por eso hace algún tiempo traje a casa un gato que encontré abandonado. 
Creo que a pesar de nuestra indiferencia hay una gran variedad de animales ─seres─ velando por nosotros. Y también, desde que el gato está en casa y no deja de cazar las mariposas, que son muy celosos entre ellos.

Odiaba despertar cada mañana y ver ese tatuaje en su brazo. Despertar y verlo, antes que a cualquier otra cosa, la enfermaba, le revolvía el estómago. A veces, después de hacer el amor se quedaba mirándolo, con algo de ridícula sensación de victoria. 
Pero siempre que se dormía viendo ese tatuaje soñaba con esa otra mujer, con con su hombre haciéndole el amor a esa otra mujer mientras ella observaba todo desde uno de sus brazos. Entonces era esa otra la que se reía victoriosa de ella. Y así despertaba y ahí estaba ese fantasma en el brazo de su hombre.
-Si fue un error- se defendía él -ya está hecho, está ahí te guste o no, no se puede quitar con nada y tendrás que acostumbrarte. Es solo un tatuaje.
"Si fue un error" se repetía ella, con bronca. Para ella cada una de sus palabras parecía otra, opuesta, que le sonaban más a un "todavía la amo" que a otra cosa. Y tendría que acostumbrarse; pero le resultaba imposible. Sobre todo después del día que consiguió el dinero para la operación que borraría el tatuaje y él se negó diciendo que no estaban en condiciones de gastar semejante fortuna por algo así. 
Fue entonces cuando una mañana que él estaba fuera de casa, ella, con la vista perdida por la ventana que daba a la placita de enfrente, y haciendo sonar un mate como quien trata de sacar agua de las piedras tomó la decisión. Lo dejaría, a pesar del asco que le daba la idea de dejárselo a esa otra, pero encontraría la manera de no dejar que ella se quedara en esa cama con él.
Todo el lunes pasó como pasan los lunes. Ella no habló más que para susurrarle al gato un secreto que solo compartiría con él. A él ni lo saludó cuando llegó de la calle, pero aquello había dejado de ser extraño desde que la relación ya no funcionaba como al principio.
Por la noche se amaron como si nunca fueran a hacerlo otra vez. Y él se durmió. Mientras ella le acariciaba el brazo -el del tatuaje- con la mirada satisfecha, de vencedora que sabe que ganó.
Antes que amaneciera lo despertó el ruido de la puerta y la buscó, quiso hablarle pero una sensación desconocida se lo impidió. Apenas podía verse algo en la obscuridad que todavía luchaba por quedarse y él no podía encontrarla pero tampoco podía entender a esa sensación entre caliente y húmeda que lo rodeaba. Quiso incorporarse y descubrió que tenía la mitad del cuerpo dormida. 
Cuando sus ojos se acostumbraron a la obscuridad notó junto a la puerta por la que ella se había ido para siempre una pequeña sierra de cirujano que, ensangrentada, brillaba con la primera luz del día.

septiembre 28, 2012


Me niego a creer que exista la pobreza porque existe la riqueza.  Suponer, como se hace habitualmente desde los llamados "gobiernos populistas" en América Latina que la pobreza es causada por la riqueza de los demás es como creer que que algunas relaciones de pareja fracasan porque otras funcionan.
Afirmar que la suerte de unos es la desgracia de otros es el argumento más peligroso al que nos exponen como sociedad y, más aún, como individuos. Es la génesis del egoísmo  y el individualismo agresivo que reina en nuestras sociedades.
Culpar a los demás de las propias miserias es la mayor miseria de un ser humano. A partir de cierto momento de su vida, cada hombre debe hacerse responsable de su propia suerte. Las circunstancias en las que uno vive pueden haber sido, inicialmente, externas y ajenas, pero tarde o temprano, serán consecuencia de los propios actos y de las propias decisiones que haya tomado cada uno cada circunstancia.
Esto es lo que en filosofía se llama "ética": la capacidad de ser uno quien determine su propia existencia, el criterio con el que tomar las propias decisiones de acuerdo a lo que uno persigue bajo el nombre de "felicidad".  A estas mismas reflexiones, pero a nivel social, las llamamos "moral". La moral es la ética de un grupo social, de una cultura, aquellas cosas que son correctas o incorrectas, que están permitidas o no dentro de una sociedad.
Que la pobreza sea un problema económico es mentira. La pobreza es un problema ético y moral. Que un hombre pretenda mejorar su situación económica gracias a dádivas del gobierno de turno, o que un obrero trabaje doce horas al día por monedas no es un problema económico sino ético de quien ha decidido no asumir su propia vida o de quien ha escogido la explotación como forma de interacción con sus semejantes.
Esto no nace de una incorrecta postura económica sino de una carencia ética en la persona que así se conduce hacia si mismo y hacia los demás. Cuando esto es ejemplo de casi la totalidad de las relaciones, el problema entonces es moral, de toda la sociedad como tal en cuánto a los valores que predica y permite en sus miembros.
La riqueza no es la causa de la pobreza, sino su solución. En una sociedad moralmente encaminada hacia valores más humanitarios que materiales, la pobreza del pobre se termina cuando la sociedad en su conjunto mantiene un accionar ético encaminado a la justicia y el reconocimiento del trabajo.
Vivimos en una sociedad que ha exagerado la importancia de lo material a la vez que devaluaba el valor del trabajo. Se piensa más en cuidar las propias ganancias que en pagar al trabajador lo justo. Sin importar las horas que alguien dedique a su trabajo, el pago nunca permite a un empleado vivir en las mismas condiciones de comodidad que su empleador.  Nunca un emprendimiento se mantiene sin el trabajo ─imprescindible─ de sus empleados, pero irónicamente, las ganancias solo mejoran la calidad de vida de los empleadores.
¿No es acaso un problema ético ─y no económico─ que algunos vivan del esfuerzo de los demás? ¿Por qué entonces el discurso oficial sigue engañándonos con esta falacia?
La respuesta es política: la ética es el peor enemigo del gobernante. Un pueblo moralmente sano es imposible de manipular, mientras que un pueblo sin moral es arcilla en manos de cualquiera. Si se diera una formación ética a cada ciudadano, esto es, si se le enseñara a tomar sus propias decisiones de acuerdo a lo que considere correcto, dentro de una moral en la que el otro no fuera una herramienta para el propio beneficio, pronto los estados irían disminuyendo sus funciones hasta un día desaparecer.
Ningún gobierno está dispuesto a llegar al punto en que la humanidad no necesite estados. Todo poder vive para mantenerse en el poder.
¿Cómo podría entonces una decisión económica resolver la pobreza? No podría. La historia nos demuestra que cada vez que un gobierno tuvo por bandera erradicar la pobreza expropiando y saqueando a los ricos, solo consiguió aumentar la pobreza inicial al no haber nunca atacado el problema desde su verdadera naturaleza.
Sin ricos, sin riqueza, jamás lograremos erradicar la pobreza de nuestras sociedades.
Pruebe repetir varias veces la siguiente afirmación: "Vamos a terminar con la pobreza sacándole la riqueza a los ricos".
¿Cuántas veces puede repetirla uno sin sentir que está faltándole el respeto a la poca inteligencia que nos queda? ¿No resulta obvio que es imposible erradicar la pobreza creando más pobres? ¿Redistribución? Piénselo un poco más y explíqueme cómo es que cambiando un pobre por otro se termina la pobreza. El concepto político de redistribución de la riqueza puede llevar solo a dos resultados: o cambiamos un rico por otro, o cambiamos un rico por muchos pobres menos pobres.
Nunca podremos cambiar un rico por muchos ricos porque la lógica lo impedirá: si quitamos $10 a un hombre no podremos darle $10 a 10 hombres. Solo podremos darle $10 a uno o $1 a 10. Cambiamos un rico por otro rico, o un rico por diez pobres.  Solo es posible la distribución de las riquezas cuando los $10 iniciales se transformen en más.
Hasta aquí sí es economía. Pero aún nos queda un problema: hemos sacado $10 a un rico, los hemos multiplicado y ahora podremos dar $10 a 10 hombres. ¿Así sí funciona dice usted? Le digo que no. No erradicó la pobreza, ya que ahora tenemos a 10 hombres con $10 cada uno y al rico inicial sin nada. Hemos creado un pobre. Mientras erradicábamos la pobreza, creábamos nuevos pobres. Estadísticamente bajamos la pobreza de 10 a 1. Éticamente, arruinamos a un hombre. Esto ya es moral.
Podemos trabajar entonces en aumentar esos $10 a $120, dar $10 a 10 hombres, devolverle así los $10 al rico y que éste además haya obtenido una ganancia igual a la que obtuvieron quienes trabajaron con él. Eso sería justo sin dudas ─siempre que los 10 hombres hayan sido quienes trabajaron para multiplicar esa fortuna inicial.
De todos modos, hemos logrado la bendita redistribución de las riquezas de la que tanto se habla. La ironía es que no tuvimos que expropiar, robar, saquear, ni quitarle nada a nadie. Otra vez descubrimos a los gobiernos populistas en una mentira. La riqueza no era la culpable de la pobreza, sino su solución. Defendimos la riqueza del rico ─en vez de atacarla con fines discursivos─, la aumentamos y distribuimos las ganancias entre los ya-no-más-pobres que trabajaron en aumentarla.
¿Cómo pudo pasar esto? Con once personas que colaboraron, con inversión o con trabajo, que compartieron esfuerzos por igual y repartieron las ganancias con equidad. Es decir: colaboración, esfuerzo, trabajo, equidad...¿son estos conceptos propios de los manuales de economía?
A esta altura le vuelvo a preguntar: ¿realmente la pobreza es un problema económico que se soluciona a partir de políticas económicas ilegales como el saqueo o el robo o es un problema moral que se soluciona con una correcta formación ética de los individuos y una moral sana imperando sobre la sociedad?
Piénselo.




septiembre 26, 2012


Le gustaba el olor a tierra mojada. Le traía recuerdos de otro tiempo, de una época que no recordaba del todo aunque tampoco había olvidado por completo aún.
Las tardes de lluvia se relajaba y dejaba que  el agua lo empapara por completo, lo recorriera como alguna vez lo había recorrido la sangre por todo su cuerpo.
Sí, aquel era un muerto feliz, un muerto que disfrutaba su sueño infinito y se despertaba solo cuando llovía, y el olor a tierra mojada lo rodeaba por todas partes como una enamorada que lo abrazaba.
Y el muerto disfrutaba de aquello. Lo llamaba amor y creía que la lluvia era su novia.

Así, como solía hacer todo, se entregaba también en el amor: sin preguntas, sin respuestas. Claro que muchas veces el resultado era imperfecto, pero nunca faltaba la sorpresa a sus relaciones.
Así fue como un día descubrió que su princesa era un sapo con demasiado amor propio, que las sirenas eran simplemente un maloliente pescado, o que el unicornio era un simple caballo al que costaba besarle la frente sin resultar herido.
También así descubrió, a veces, que los pescados podían cantar hermosas melodías y tener excitantes bustos y ojos preciosos, que un sapo, si se lo sabe besar, se convierte en príncipe, que un caballo podía convertirse en algo único y digno de un cuento de hadas.
Claro, todo dependía siempre de uno mismo, de lo que uno quisiera ver, o de lo que uno sabía ─o quería─ encontrar en los demás. Por eso el amor le resultaba tan extraño y, a la vez, tan nuevo cada vez.

septiembre 21, 2012


─No temas ─me dijo─ no vamos a dañarte; conocemos tu soledad y la comprendemos. También nosotros estamos solos. También conocemos el frío, la noche obscura, las horas de mirar el cielo sin tener en quien pensar.
A partir de esa noche, se quedaron; y luego vinieron más cada noche que también se sentían solos. Pronto las noches se encendían con la luz de esas ánimas en pena, ya no tan en pena ni tan solos. Y, la verdad, tampoco yo me sentía ya solo.
La ciudad es un escenario sobre el que se representan las más absurdas ficciones.

Quien pudiera, al mirarse en un espejo, ver un cielo estrellado y azul, una luna grisácea, con su circunsferencia deformada por vapores del cielo, y sospechar al lobo en su interior, y cobrar fuerzas de un modo misterioso y enfrentar la noche fuera del espejo con el valor de un animal sin Dios ni moral.


─¿Eres la tristeza?
─No...
─¿Quién eres entonces?
─Solamente tu espejo...

─Hay un monstruo sobre mi cama─ dijo el pequeño fantasma que dormía bajo la cama del niño.

septiembre 18, 2012


Twitteratura I


Tanto le temía el niño a la soledad de su cuarto que, llorando, imploraba a los fantasmas que no lo dejaran solo.



La besaba con tanta pasión por el miedo a perderla, que ella cada día juraba que no volvería para mantenerlo asustado.


Un nervioso tartamudeo, un gesto incierto en la mejilla, la mirada fija en los labios. El preámbulo del beso.


Cierra el día en las ventanas, mata todas las luciérnagas, apaga todos los destellos. No dejes que siga viendo este cuarto sin ti.
Ven, apágame.










Tenía memoria de sus anteriores reencarnaciones. No una memoria fáctica, sino una memoria más como emocional. Sentía sombras en su alma, sombras de antiguos amores. Asi, cuando recorría, por ejemplo,  por primera vez las calles de la actual ciudad de Roma, viejas discusiones en un foro para él desconocido pero no extraño lo sacudían de nuevo como hacía más de dos mil años. Cuando conoció París volvío a escuchar el ruido de los motores que cruzaban el cielo dejando caer sus bombas. La noche que asistió a un teatro para disfrutar de un concierto dedicado a Mozart recordó los ojos de la condesa con quien asisitió al estreno de esa música, dos siglos antes. 
Con pasión estudiaba la historia y encaraba cualquier viaje con la sensación de estar de regreso. La música de otros siglos, los clásicos literarios, todo lo que la cultura humana guardó del tiempo eran para él viejos reencuentros con un ser extraño que habitaba en su intuición. 
Durante toda la vida se dedicó a escribir esas sombras, esas intuiciones, como si fueran ficciones. 


Una mañana encontró la fuente de la juventud. Ya frente a ella se quitó sus ropas y entró en ella y nadó en ella.
Cuando llegó la noche, era un espermatozoide nadando en el útero de una mujer.

I.
Plantó un árbol. Con él hizo el papel en el que escribió un libro. Con los versos enamoró a la mujer con la que tuvo un hijo. Era un hombre práctico.

II.
Tuvo un hijo y, desde entonces, ya no perdió el tiempo pensando en plantar un árbol ni escribir un libro. Era un hombre satisfecho.

III.
Escribió un libro con poemas a árboles que no había plantado jamás, y soñando con hijos que nunca tuvo. Era un poeta.


─¿Sabes, Manuel?─ me dijo un día Natalia ─no entiendo bien cuando me hablas: me confundís, me mareas con argumentos a los que no termino nunca de encontrarle sentido.
Elena sabía que algo de aquel reproche no era del todo cierto, que no siempre usaba mi antigua estrategia de enredarla con confusos sofismas sobre la vida y las relaciones. Pero, así como yo tenía mi estrategia en nuestras discusiones, ella tenía la propia: la generalización. 
Un detalle, un simple hecho, eran para Marina la totalidad de nuestra relación. Así es como una puteada un día delante del televisor transmitiendo un partido de fútbol me convertía automáticamente en "Pablo, el grosero";  una tarde que olvidé, de vuelta del trabajo, comprar algo que me había encargado por la mañana me convertía en "Luis, el egoista"; o aquella vez que había descubierto un mensaje de texto con un juego de palabras en doble sentido ─una inocente broma con alguna connotación sexual─ con una compañera de trabajo fue durante más de cuatro años su forma de terminar todas las discusiones que tuvimos: "Mejor cerrá la boca, Lucas, porque yo no me olvido lo de tu compañerita".
Eran las ─¿nuestras?─ reglas de juego: enredarnos, exagerar hasta la generalización más absurda. Tratar de sacar provecho de cada detalle que se pudiera para tener razón. Éramos,  Josefina y yo ─su "Diegui" en los reencuentros─ una pareja normal. 

septiembre 13, 2012


Lograron divirnos, y vencernos. Clases baja y media separadas, enfrentadas por una oligarquía criminal hasta el exceso. Han logrado confundirnos, hacernos creer que el que pide es el enemigo del que no tiene. ¿Acaso no estamos todos pidiendo trabajo, comida, vivir con dignidad? 
Quienes apoyan el actual modelo y quienes se oponen han sido caracterizados, desde el mismo gobierno, bajo banderas enem
igas, como si realmente lo fueran. Esta es la gran mentira, el relato de un gobierno que ya no tiene vergüenza ni dignidad.
Acá nadie discute si la sociedad debe o no ser más justa. Claro que debe serlo. Pero serlo de verdad, y no en un discurso que poco y nada tiene que ver con la realidad.
Hoy todos deberíamos estar en esa plaza pidiendo lo que nos falta. Y ¿saben algo? Sería exactamente lo mismo lo que pediría la clase media que la clase baja. Porque no somos diferentes, porque necesitamos y exigimos lo mismo. Es mentira que pedir algo al gobierno sea ir contra los más necesitados. Es mentira que exigir la cárcel apra Boudou sea querer un país de oligarquías y poderes nefastos. Es mentira que pedir que se cumpla la Constitución de la Nación sea querer que unos pocos controlen todo el país.
Queremos la verdad, la justicia, la dignidad que no he conocido e este país en muchos años. Queremos un país en orden, un país sin divisiones, un país donde dejen de enfrentarnos para poder continuar el exagerado enriquecimeinto ilícito de quienes nos gobiernan.
Dicen que este cacerolazo responde a intereses económicos. Lo dicen ellos, desde el mismo lugar que defienden el golpe de estado del 2001 por el corralito. Nos llaman golpistas, ellos que desde las sombras pusieron punteros en 1989 y en 2001 y "compraron pobres" para saquear supermercados y generar el caos que terminó con dos gobiernos democráticamente elegidos.
Ellos, los que se enriquecieron quedandose las propiedades de los desaparecidos, los que vendieron el país con Menem, los que desestabilizaban las intituciones ocultos en las sombras cuando una causa por coimas en el senado amenazaba con ser acusados de lo que son, ellos, hoy, dividieron. Y hasta ahora, van venciendo.

julio 07, 2012


A García Márquez, el gabo.

Podrá enfermarse mi cerebro, y perder yo mis recuerdos un día y para siempre; pero haré trampa y dejaré, en mis libros, un copia perfecta de ellos, para siempre.

Y es que el escritor tiene una ventaja sobre el resto de los hombres: cuando ya no pueda recordar más nada, tendrá en sus libros sus memorias.

julio 05, 2012

La Historia es nuestra lucha


La Historia es nuestra lucha

Hemos visto en los últimos tiempos surgir voces nuevas que intentan afirmarse de una u otra manera, como la resistencia contra todo aquello que nos oprime. Hemos visto en todo el mundo levantarse la voz de los que siempre guardaron silencio. Hemos visto a los silenciados romper, finalmente, el silencio de siglos. Vemos, en todas partes, centenares o millares de personas exigiendo un cambio radical y urgente.
Se ha solucionado algo, y se ha evitado otro tanto. Pero sigue costando encontrar señales de un verdadero cambio en la forma de organizarnos como especie.
Existe, entre los que reclaman y los que tienen el deber de escuchar, una especie de negociación silenciosa, y aceptada por ambas partes, mediante la cual un reclamo general se convierte en una solución puntual que da fin a la batalla.
Es que existe una estrategia mediante la cual un estado logra imponerse como el ganador de estas contiendas: convertir cualquier exigencia popular en una batalla particular que pueda ganarse o perderse, pero que tendrá, inevitablemente, un fin.
Tarde o temprano, las voces callarán. Los manifestantes volverán a sus casas con la alegría de haber vencido o la tristeza de haber sido derrotados. Pero volverán a sus casas, a su comodidad o a su pobreza, pero en el mismo silencio. En otros casos bastará con un estado ciego y sordo que no dé acuso de recibo y se cansarán y volverán a sus casas hartos de estar hartos, y en silencio.
Todo reclamo, finalmente, se convierte en una forma de silenciar las voces en el menor tiempo y con el menor costo político posible. No importa qué es lo que el pueblo reclame, siempre habrá una ley, un plan, o un lo que sea, mediante el cual el gobierno puede dar por terminada la batalla.
En la democracia, la forma más rápida de acallar voces en una solución simple y eficaz es mediante la encarnación de esos reclamos en hombres o mujeres que nos representen. Todo reclamo encuentra un nombre y un cargo dentro del mismo sistema contra el que pretende luchar.
Y nuestro mayor problema, en este punto, somos nosotros mismos.
Encarnamos todas nuestras esperanzas en un partido político, o en un candidato en particular de la misma forma que encarnamos nuestros demonios en otros.
Si nuestro candidato pierde, todo se ha perdido y la lucha ha sido vana. En el mejor de los casos, unos pocos (las voces se convertirán entonces en susurros) seguirán resistiendo con la esperanza de, unos meses antes de las próximas elecciones, volver a ser la voz furiosa que habían sido antes de la derrota.
Peor escenario será si nuestro candidato gana. Ya nadie nos sacará de nuestra casa a reclamar nada. Ya podremos sentarnos cómodos a ver cómo el hombre que encarnó nuestras mejores intenciones cambia finalmente el mundo.
Un juego macabro que nos mantiene a raya y silenciados mientras dejamos que la gran maquinaria de la corrupción se renueve y fortalezca aún más gracias a nosotros.
Es necesario entender la lucha de una manera diferente y nueva. Ya no a través de batallas finitas, de problemas que puedan resolverse en días o semanas por medio de una decisión política o económica. Entender que cambiar el mundo es algo diferente, y hasta opuesto,  a cambiar el nombre de un partido político o de un candidato.
Cambiar el mundo significa cambiar el entorno en el que nos movemos cotidianamente. Cambiar el mundo es enfrentar al mundo desde nuestra individualidad, desde nuestra propia convicción. Cambiar el mundo significa, en primer lugar, cambiarnos a nosotros mismos y ser no los que reclaman por un cambio, sino los que han cambiado para sembrar el mismo cambio en los demás.
Cambiar el mundo es, en definitiva, cambiar esa pequeña parcela de mundo que nos corresponde. Cambiar el mundo no es algo global, paradójicamente, sino un proceso individual y cotidiano de cambiar nuestros propios hábitos y nuestro propio y personal mundo interno. Cambiar el mundo es ser nosotros lo que queremos que sean los demás.
Es un proceso que no termina, que no puede darse por resuelto. La resistencia no puede ser solo presentarnos a una batalla y alegrarnos o resignarnos con el resultado.
Hemos perdido miles de batallas. Y estamos vivos. Porque no es en una batalla que cambiaremos el mundo o dependeremos siempre de un resultado positivo para seguir luchando.
No creo, en lo personal, que esté en nosotros cambiar este mundo. Pero sí está en nosotros crear los cimientos de un mundo nuevo. Somos mortales, la vida, dicen, es corta, y es probable que no nos alcance el tiempo para ver un mundo mejor.  Pero sí podemos no repetir los errores del pasado y no ser nosotros los que dentro de 50 años le digamos a nuestros hijos que fallamos, que nos vencieron, que intentamos luchar y en la primer derrota volvimos a casa en silencio. Si no bajamos hoy los brazos, nuestros hijos, nuestros nietos, quizás puedan estudiar nuestro tiempo y sorprenderse de lo que hemos hecho. Descartes dudó un día hasta de la duda misma, pero su fe le impidió dudar de Dios. Pero esa duda fue la misma que mucho tiempo después de su muerte desveló a otro hombre sin fe que dudó también de Dios y del rey que Dios le imponía. Esa duda, esa semilla invisible fue la que germinó en siglos una revolución que para Descartes era inconcebible.
Debemos evitar, a riesgo de perder todo por lo que hemos luchado, la tentación de aceptar las batallas que los estados nos proponen. Concebir un plan que no sea nuestro, de cada uno, de cada ideología, sino de todos los hombres y de todos los pueblos. Entender que no venceremos hoy ni nunca, porque en la victoria (al igual que en la derrota) se terminan las batallas. Y la nuestra, la de ustedes, la de todos, debe ser una batalla sin fin, una vigilancia perpetua de las instituciones y los gobiernos. Gane quien gane, pierda quien pierda, la batalla no fue ni deberá ser nunca por un cargo, por un puesto, por un nombre. La batalla es contra nosotros mismos, contra la humana tentación de quedarnos sentados sintiendo que todo está perdido.
Nuestra lucha no es una lucha de batallas que puedan ganarse o perderse. Nuestra lucha es para siempre, indiferente a un resultado, a una victoria, a una derrota. Aún cuando el mundo sea lo que queremos que sea, habrá cosas que seguir cambiando. Nunca ganaremos, pero nunca perderemos. Porque nuestra lucha no es por un pueblo o por un momento histórico en particular, es por todos los pueblos y todos los momentos históricos que nos toquen vivir a nosotros, a nuestros hijos. 
Si hoy bajamos los brazos, si hoy aceptamos la derrota, estamos aceptando para nosotros mismos los mismos mecanismos de corrupción contra los que pretendimos luchar.
Cambiar el mundo es cambiar al hombre. Resignificar la historia, transformarla por medio de un proceso que no es nuestro ni de ningún hombre en particular sino de todos los hombres en todos los tiempos.
No hay un solo hombre (ni rey ni campesino) que sea en si mismo la historia o determine por su propia voluntad el sentido del devenir histórico. La historia es nuestra tanto como de ellos y si algo hemos aprendido en esta lucha, es que ya no cuenta más aquello de que "la historia la escriben los que ganan".

julio 04, 2012


Al amor lo prefiero poco hablado. Para no desenamorarme. Cuando mi mujer me dice que soy hermoso, un poco me desenamoro. Es decir, ¿a qué clase de mujer puede uno gustarle?
Siempre hay que creer que esa mujer se ha enamorado de uno por error. De algo que ella imagina en uno para tenerlo en semejante altar.
En mi caso, me cuesta concebir que una mujer tan virtuosa, tan perfecta en casi todo lo que hace, pueda cometer el injustificable error de enamorarse de alguien como yo. Y de seguir, cada día, convencida de su amor.
Por eso prefiero que hable poco, que siempre me deje ese espacio en mi interior para decirme "esta mujer no sabe de quién está enamorada". Y dormirme abrazándola y deseando, en silencio, que nunca descubra su error.

julio 01, 2012

La política es el arte de convertir un pueblo unido en grandes cantidades de individuos enfrentados.

junio 27, 2012


Se habla de un día histórico: por primera vez, en décadas, la izquierda y los trabajadores se reunieron en la Plaza de Mayo. Se habla de una "fiesta", de un acto en paz. Se habla...y se sigue hablando.
La Presidente Cristina Fernández, desde San Juan, confirmó lo que todos sabíamos desde hace rato: quiere la chancha, los veinte, y la fábrica de hacer chorizos.
Siempre desde lo más lejos posible de la realidad. Irónicamente, hoy la Presidente de algunos argentinos se acordó del interior. Y se fue bien lejos de donde debía estar, al otro extremo, a una de las provincias símbolo del Menemismo, del Duhaldismo, y de todos los nombres que el peronismo puso al peronismo para que no se ensucie el peronismo. Pero lejos, muy lejos de donde se requería su atención.
Del otro lado (no, no del lado de la cordillera, esta vez "del otro lado" fue Buenos Aires) los "otros". Los otros peronistas. Los que nunca se mancharon de alguna forma que uno, que no es peronista, no termina de entender.
De un lado y del otro el mensaje fue el mismo: "no hay competencia", "esto no es un River-Boca", y demás boludeces políticamente correctas. Ni Cristina quiere a Moyano de enemigo ni Moyano quiere quedarse sin la torta. Entonces, todos en paz, todos amigos de los amigos y lo que era un paro y acto en repudio al gobierno resultó una fiesta y una celebración de la democracia.
Es nuestra primavera, nuestro tiempo de tibiezas, de tonos pasteles. Es nuestro tiempo de una democracia ficticia y una oposición oficialista. De puro cuento.
Hoy somos lo que merecemos: nada. Vaciamos las instituciones. Durante décadas no nos alcanzó con que cualquier ladrón, corrupto, narco, asesino o lo que fuera, no solo caminara libre por las calles sino que además los votamos. Les dimos el poder. Y los dejamos ahí, sentados y felices con sus negocios.
¿Y aquello de "que se vayan todos"? ¿Cuándo decidimos que habría excepciones? ¿Quién decidió que los corruptos que negociaron con la dictadura para secuestrar y asesinar a los compañeros que no negociaban, que se robaron todo loq ue iban dejando los desaparecidos y que se acomodaron en el pdoer por el uso de técnicas mafiosas se quedaran y fueran gobierno?
¿Quién decidió que teníamos que ser este país de mierda?

Nadie va a levantar la mano, ya lo sé. Si al menos se hubieran quedado con una parte de la torta, quizás si, pero la vergüenza de haber vendido un país sin quedarse ni un pedacito en el reparto debe ser grande.

Pronóstico reservado para el futuro. Lo más que podemos esperar es algo más de tibieza, de discursos sin contenido, de amigos que se acercan y se distancian según convenga, de funcionarios que van a seguir haciendo su veranito sin una mínima mueca de justicia. Y no, si esperabas que este "distanciamiento" entre el gobierno y la CGT fuera el punto de partida de algo...poné el agua y lloremos juntos. Entre peronistas no se van a pisar la manguera. Tenía razón el General cuando dijo aquello de "para un peronista..."

Si todavía queda algún inocente esperando que alguien diga BASTA de una buena vez a este gobierno criminal y corrupto sostenido por medios mafiosos solo le diré esto:
¿Oposición? No, gracias, recién tiramos una.

Hoy, más que nunca, querido Miguel, necesitamos huevos. En la Argentina hacen falta huevos. Desde hace más de 30 años...

http://www.youtube.com/watch?v=uuYCftRnzAo


junio 13, 2012

Premio Liebster Blog

Gracias a Hetai Terei, autora de
http://estonoesyugoslavia.wordpress.com  
Cuando uno escribe intenta decir algo. Algo que no es simplemente una noticia, un comentario superficial sobre algo que ha ocurrido en ese mal llamado "mundo real". El escritor, se dice, tiene el don de contar la realidad de una forma mágica. No creo, en lo personal, en cuestiones mágicas. Atribuir el nacimiento de la literatura a cuestiones mágicas, más allá del esfuerzo humano es insistir en la degradación constante de nuestro trabajo. Porque escribir es, aunque muchos sigan pretendiendo que no, un trabajo.
Hace poco leí un texto donde se definía al escritor como aquel que se dedica profesionalmente a la escritura. Me dio mucha tristeza y vergüenza esa definición, ese insulto. Si por esas palabras nos guiamos, entonces cualquier empleado en un periódico es escritor, mientras que los que hacemos literatura somos desempleados con un hobby.
Ser escritor es crear literatura. Se gane o no con ello. Lo que nos define son nuestros versos, nuestra literatura. Diferente es discutir la calidad de cada uno. Pero eso no nos define. Si hay abogados malos, médicos malos...también tenemos derecho los escritores a ser escritores malos. Pero escritores. Que no vendamos millones de ejemplares, que nos lean cien, o mil, personas y no millones por todo el planeta no nos hace ni más ni mejores escritores.
Cada escritor desde su blog de 50 o 100 seguidores es tan escritor como Borges, Tolstoi, Kafka, por nombrar algunos de los que más me gustan. Vender, o ser famoso, nunca significa ser un escritor de calidad. La prueba está en las librerías. Y en los blogs que a veces encontramos.
Tampoco los premios nos  miden. Solo nos dicen que tan acertado va uno escribiendo lo que los demás quieren leer o no. Borges nunca recibió el Nobel, Cortazar tampoco. Otros sí y quizás entre los últimos 20 ganadores no logren reunir más méritos literarios que el autor de Ficciones en uno solo de sus cuentos.
Pero sí hay formas de saber que uno va por buen camino: el reconocimiento de los propios pares. Esta semana, mi colega Hetai Terei ( http://estonoesyugoslavia.wordpress.com ) me ha otorgado el Premio Liebster Blog.
¿Qué son los premios Liebster Blog? Un halago de parte de gente que escribe y lee. Una forma de promocionar y reconocer blogs de autores poco conocidos que trabajan lo mismo que cualquiera de los autores famosos que encuentras en una librería. Cada autor que lo recibe debe otorgarlo, a la vez, a cinco autores en reconocimiento por su quijotesco trabajo, recomendarlos, y obviamente, notificarlos (generalmente por medio de algún comentario en sus blogs).
Sólo debe cumplir unas simples normas:
1. Copiar y pegar el premio en el blog enlazándolo con el blogger que te lo ha otorgado.
2. Premiar a sus cinco blogs favoritos con la condición de que tengan menos de 200 seguidores y dejarles un comentario en sus entradas para notificarles que han ganado el premio.
3. Confiar en que continúen la cadena premiando a su vez a sus cinco blogs preferidos.
Primero, el agradecimiento a Hetai Terei por el mimo tan gratificante. 
Ahora sí, los autores a quienes será un honor recomendar y distinguir con este premio otorgado por pares, sanamente y sin intereses ajenos a nuestro verdadero esfuerzo.

Uno de mis autores predilectos en la red, el blog de Antonio González Sanchez, http://ahoravasylocuentas.wordpress.com/ .  Cuentos, micro relatos. Practicante de varios géneros, aunque mi preferido siga siendo el género fantástico, ejerce con destreza cualquier ejercicio o desafío literario que se le ponga delante. Repito: uno de mis preferidos.
El segundo, http://elbodegon.blogspot.com.ar/   de Frank Hilzerman, textos poéticos y pequeñas prosas,   en un lengüaje moderno, rápido, sencillo, pero muy eficaz. Junto con el anterior, mis dos blogs preferidos de la red.
Un tercero (el orden es solo aleatorio), http://loquesobrademimente.blogspot.com.ar , de Ivana Espina. Inteligencia y sabiduría (que no son la misma cosa) mezclados con poesía, en un tono suave, a veces triste, pero de un nivel para aprender.
Algo un poco más variado en http://paracuandolotenes.blogspot.com.ar, de Alejandro Turner. Política, teatro, opiniones, siempre con la inteligencia y la pluma prolija de este amigo. Un blog que siempre hay que tener cerca, para disfrutar y pensar. Que la literatura no sea solamente un ejercicio estético, que hay un mundo fuera de cada escritor y es necesario entenderlo.
Lo primero que leí de Micaela Godoy fueron unos versos que me envió un día para satisfacer mi curiosidad. La sorpresa fue más que grata. Una escritora de 17 años con el talento necesario para ganarse un lugar entre los cinco que he elegido hoy. La leen en http://lugarquetraerecuerdos.blogspot.com.ar, y espero que pasen.


Quedarán otros para una próxima oportunidad. Espero entiendan que tener que elegir tan solo cinco es más doloroso que gratificante.
Gracias, escribir es un sueño que se hace realidad cuando alguien nos está leyendo.












junio 04, 2012

Sirvió la mesa para dos, como todas las noches. Dos platos, dos juegos de cubiertos, dos servilletas. Una botella de vino tinto, dos copas. Llenó los dos platos de sopa, recordó que había olvidado el salero, lo buscó y lo acomodó en un punto equidistante a los dos platos, como un gesto de cortesía.
Cenó solo, como todas la noches.

junio 01, 2012


Cuando hablan de un aumento de toma de conciencia siempre me suena un poco a un aumento de la hipocresía general que nos rodea. Protestamos contra las invasiones yanquis en Medio Oriente, pero no andamos en bicicleta para fundir a las petroleras; nos quejamos de las leyes represivas contra la libertad en la web, pero compramos el último CD de Arjona o el último libro de Galeano a lo que nos digan que vale; gritamos porque las grandes empresas hacen lobby político y deciden nuestro futuro, pero no dejamos de comer en McDonalds ni de correr tras las ofertas inservibles de los grandes hipermercados. Pagamos 50 lo que cuesta 10 solo porque la etiqueta es otra y luego, "que difícil está todo" repetimos por todos lados. Claro que está difícil, porque seguimos siendo los que habitamos este mundo podrido y miserable donde un tipo que juega bien a la pelota gana lo que costaría descubrir la cura contra el cáncer,  una puta en televisión gana lo que les daría de comer a 10 familias. ¿Pero dejamos de ver al Barcelona? ¿Dejamos de ver esa televisión mediocre? No, ni de casualidad. El culo de cualquiera en la televisión nos relaja, nos desenchufa decimos...y repetimos a coro "qué difícil está todo". Pero seguimos con el mismo mensaje inútil que nos venden los que nos manejan: necesitamos un cambio de conciencia.
No, de conciencia no, de acción tiene que ser el cambio. Estoy harto de militantes con blackberry, comunistas con Nike, revolucionarios de camisa y corbata corriendo de banco en banco.
Al final, siempre tomamos conciencia, de todo lo grave que ocurre, de todas las injusticias en el mundo, salvamos vidas compartiendo fotos en facebook, derrocamos dictaduras con un hashtag en twitter...y volvemos felices a nuestra casa a ver todas esas celebridades y políticos que nos dicen que hay que tomar conciencia o que estamos haciendo las cosas bien o que el país creció un puto tanto por ciento.
Y nunca vemos el crecimiento, la mejoría, ni el cambio en la conciencia. Porque es mentira que exista ese cambio, solo hablamos de cambiar, pero en ningún lado se ve que algo haya cambiado: los mismos gobiernos de los que nos quejamos, la misma corrupción por todos lados, la misma tragedia humana por todos lados. Jóvenes de todo el mundo salen a las calles y se quejan...¿de qué? ¿rechazarían el poder si los alcanzara? ¿Seguirán siendo buscadores de la libertad cuando quieran encerrarlos en una ideología o en un cargo político? ¿Rechazarán los sueldos oficiales contra los que protestan cuando se los ofrezcan a ellos? España explota y sale a la calle, y confirma luego a sus poderosos; México sale a luchar contra la corrupción, pero tampoco se renueva; Argentina grita a los cuatro vientos los crímenes de un gobierno que sigue siendo reelegido...y ya no hay excusas.
Queremos que el otro cambie, esperamos que los demás cambien. "Si los demás cambiaran" decimos todos, Y cada uno es el "demás" del otro y los "demás" de nadie cambian jamás porque somos nosotros esos "demás" y nunca cambiamos. Queremos un mundo donde la política sea transparente, ajena a los intereses económicos que la manejan, pero seguimos alimentando a los monstruos que manipulan la verdad, la información, y forjan las cadenas que arrastramos. Damos de comer a cada multinacional que decide el destino de todos los pueblos como si no hubiera ya pueblos en el mundo.
Entregamos nuestra libertad en cuotas cuando consumimos lo que ellos nos venden. Nunca he visto al almacenero de mi barrio haciendo lobby, exigiendo una ley contra la libertad o el trabajo. Pero si a las grandes cadenas de almacenes que además explotan a sus empleados quitándoles toda posibilidad de futuro y que cuando se les antoja los echan a la calle sin importarles absolutamente nada para "reducir gastos".
Somos lo que hemos hecho de nuestro mundo. Nunca fue un problema de conciencia sino de acción, de sacrificio, porque ningún cambio es fácil ni instantáneo. no hay soluciones mágicas. No alcanza ya con gritar (y nunca alcanzó ni sirvió). Tenemos que salir a las calles pero no a gritar, sino a vivir libres de tanta publicidad, de tanta mentira. Tenemos que dar de comer a quien trabaja, no a quien vende el trabajo ajeno, a entender de una buena vez que el soberano en nuestro mundo es quien tiene el dinero....o sea, nosotros. A ellos se lo damos nosotros cuando compramos sus mentiras elegantes y siempre de moda.
Alguna vez tenemos que hacernos cargo de nuestra propia responsabilidad sobre este mundo. Si nadie compra lo que venden ellos no gana, si nadie los vota ellos no gobiernan, si nadie los sigue no llegarán nunca a ningún lado. No alcanza con tomar conciencia de lo que está mal, y no sirve de nada mientras seguimos sentados quejándonos sin cambiar nuestras acciones cotidianas.
Vivimos en un basural, comemos mierda, tragamos mierda, digerimos mierda y cagamos mierda...¿no se aburren de tanta mierda?

mayo 31, 2012

La terrible epidemia de mediocridad que azotó al país tenía un foco de infección claro: el Gobierno.
En un acto de heroica resignación la abandonó: ella era demasiado para él.
La vidente, mientras caminaba con la vista puesta en el futuro, no vió aquel auto que doblaba la esquina a toda velocidad, en el presente.

¿Qué has hecho, Monarca, con la Corona sobre tus sienes?
Has golpeado con tu cetro a quién mantiene
tu boca y tu estómago,
tus lujos, tus mujeres, tu castillo,
tus pequeños paraísos inventados.
Tejes y destejes a tu gusto con un poder prestado
contra quienes te lo han confiado.
¿Eres amo y señor de todos tus esclavos?
¿Acaso has olvidado que también ellos son humanos?
¿Qué has hecho, Dictador, con tus poderes?
Más cadenas arrastran el hambre que has creado
y los fantasmas que ha parido tu deshonra.
¿Qué has hecho de todos los discursos pronunciados?
Todo has olvidado y también
que el hombre es libre y las cadenas
más enervan que sujetan.
¿Qué harás, Señor, cuando desnudo vayas
mendigando por las calles
que tan seguro de ti mismo gobernabas?

mayo 10, 2012


Silencio, alma,
que escucha el enemigo.
Silencio,
deja que se duerma.
Déjalo que sueñe
que el silencio es miedo,
déjalo, alma,
que sueñe y se conforme
con soñarse una corona.
Espera que estará
pronto a sus puertas
alguien más:
alistadas todas
las palabras silenciadas
creándole el mismo miedo
que soñó a los ignorados.
Silencio, alma,
que escucha el enemigo
y aún no sabe
que el pueblo no hace amigos
cuando tiene hambre.


Estaba sitiado. Poco y nada le llegaba del exterior. Apenas algún consejo inútil, la visita de algún amigo, la voz de una madre impotente. Había noches en que ni el aire tan necesario le entraba al cuerpo, se ahogaba, se apretaba en posición fetal, a veces llegaba a temblar de frío. Ya no comía, encendía un cigarrillo tras otro sin contarlos.
La extrañaba, demasiado.

mayo 06, 2012


Domingo, 9 de la mañana. Escupo el primer mate del día. Desde la computadora encendida, la voz de una gallega que imagino  de ojos marrones y pelo castaño ─no sé por qué─ me informa, con voz satisfecha, que la base de datos del antivirus se ha actualizado.
Y esos primeros mates, esos de la espumita, van sacando los conejos ─que siempre son recuerdo eterno del buen Julio─ de la garganta. Serrat no hace otra cosa que pensar en ti. Yo, a veces, tampoco. Y esa tos que me entra al despertarme...
Afuera ha llovido, o llueve, todavía no lo decido, y no tengo prisa por hacerlo. El segundo cigarrillo ya no trae el ejército de muertes y pestes de ese primero fumado en la cama antes de despertar siquiera. Pero es otoño y ya empieza a quejarse el pecho a veces de que no lo cuido.
Y entre tu yo la soledad....y un manojillo de escarchas, querido Nano.
Todo se ve distinto un domingo por la mañana. Escribiendo esas primeras líneas, con los primeros mates. El gato aburriéndose a mi lado ya empieza a cabecear medio dormido.
En unos minutos el mundo empezará también a despertar dentro mio y ya no seremos los mismos ni el día, ni yo, ni estas líneas en apariencia inofensivas pero que guardan dentro, como aquel caballo en las puertas de Ilion, ejércitos apostados contra la puta vida que nos pasa por encima.
Relájese, tómese un mate. Para ser los mismos de todos los días, malgastando el tiempo en cosas que no son importantes, tenemos toda la vida.

mayo 01, 2012


Se metió un par de buenos consejos en el culo y la besó, sabiendo que para pagar los errores siempre tendría tiempo.

abril 26, 2012


Y una noche, recostados los dos después del sexo, ella comenzó a fumar sus brazos, disfrutando cada pitada, subiendo, corriendo segura tras esa línea roja que va trepando los cigarrillos. Subió hasta el hombro, siguió hasta el pecho, y cuando llegó al corazón, mordió con fuerza, y la marca perfecta de su dentadura de muñeca mentolada quedó como un tatuaje en el corazón de su hombre.


Lo admiraba. Admiraba esa forma que él tenía de mirarla a través de los ladrillos, de las estructuras sólidas de esa realidad que no requiere argumentos para ser real. Ella lo observaba desde abajo, hacia una altura que le inventaba con sus ojos de muñeca inocente, virginal. Suspiraba al verlo sabiendo que jamás podría volver a vivir sin esa forma infantil de amarlo, sin sentir en su hombre ese amor indiferente pero sincero del hombre maduro que ama de la misma forma en que recuerda al perrito que se murió en la infancia.


I
El hombre pronunció el conjuro. Una extraña espesura invadió el aire y de la nada, de la espesa nada, ella apareció, perfecta, y ya amada desde antes de ser.


II
Deberías verla, tan hermosa, siempre tan radiante y alegre; una espesura de luces en un cuarto oscuro. Nunca creí que un día llegaría a besarla y sin embargo...ya ves, los milagros suceden.


III
En la penumbra del cuarto, el hombre bailaba y contaba "undostres...undostres" mientras giraba abrazando el aire entre las cuatro paredes acolchadas.


Allí, tendido en la arcillosa tierra desde hacía un par de días, el hombre se aliviaba la soledad con su nueva mascota, y le conversaba. Después de algún tiempo (horas, días, no podía estar seguro) el hombre le había puesto un nombre y el animal, parecía, respondía a veces a él. Así pasaron algún tiempo más; el hombre ya sintiendo la rigidez de la quietud conversando con el desinteresado animal mientras el obscuro pájaro continuaba picoteando la carne seca de quien ahora lo llamaba por un nombre.

abril 09, 2012

Fantasía menor en blanco y negro.


La ciudad estaba muerta. Pero aún así ni un fantasma con quien tomarse una copa podía encontrar uno en las calles. Una mujer que cruzaba la calle saltando entre los charcos me distrajo. Se parecía tanto a ella que no pude dejar de observarla hasta que al fin la tragó la noche. Me volví, me metí en el primer café que encontré. Una linda muchacha trabajaba de mesera y me trajo de vuelta su recuerdo, y la carta. Estudié durante unos cinco minutos la lista de cafés que se repetían en casi todo salvo en nombre y precio. Pedí uno negro, amargo. Encendí un cigarrillo y me dejé llevar por la ventana que dibujaba una calle, una noche, una lluvia, una ausencia.
Me propuse un monólogo interno sobre algún partido de fútbol, o quizás un libro. Enseguida me venció su recuerdo.
La ciudad estaba muerta. Y el único fantasma con quien tomar un trago tenía el nombre de una mujer.

febrero 07, 2012

Si una novela no cambia al mundo en el que fue escrita no ha sido escrita jamás.

febrero 01, 2012

Buscando a...


Se pasó todo el día fumando en el balcón, esperando que ella pasara por debajo, sin ningún resultado. O al menos no el resultado que esperaba.
Descubrió, mirando para abajo, a toda esa gente que iba y venía por las aceras sin detenerse, corriendo apurados vaya a saber uno por qué o para llegar dónde.
Descubrió también, mirando derecho y hacia arriba, que no era el único que fumaba en el balcón esperando que un amor de verano les regalara una mirada desde allí abajo.
Y así tuvo la idea. Contratar hombres delgados, altos. Vestirlos de jean azul, con suéter a rayas rojas y blancas horizontales. La anciana del departamento vecino tejió los gorros de lana.
Cuando estuvo todo listo les dio la misión para la que los había contratado: debían caminar entre la muchedumbre, pasear por un lado y por otro discretamente, sin hacerse notar más que lo necesario para dejarse encontrar de vez en cuando.
La mujer que esperaba no volvió a pasar por debajo del balcón. Seguramente, las que esperaban todos los demás tampoco. Pero ahora, esperar un amor fumando en el balcón era un juego: cada tanto, alguno se sonreía y se felicitaba a si mismo por haber encontrado, entre toda esa muchedumbre de gente, al Wally de su calle.


enero 28, 2012

Excusa


Uno aprende un día que es posible sentir algo así como desprecio por todas las cosas que lo rodean, simplemente, porque no te conocen.
Las ventanas, los muebles, las esquinas del barrio, nunca te han visto y no sabe de vos ni te piensan.
La única solución es invitarte, un día, una tarde, a que te conozcan. A que pases por la calle, quizás hasta invitarte a que entres, que adquieras la bella costumbre de rodearte por todas esas cosas y te conozcan.
Sé que suena bobo, a una excusa tonta para decirte que vengas a verme, pero es la única forma que tengo de poder sobrevivir a la rutina sin que me consuma el odio de sentir tu ausencia en todas las cosas.

enero 20, 2012

¿Vamos a cambiar el mundo de una vez? A empezar a cambiarlo, quiero decir. La verdad es que estoy un poco cansado de cada dos meses estar quejándome otra vez de algún capricho de los que tienen el poder. Estoy cansado de hablar y hablar de lo mal que está todo. Tengo ganas de hacer algo, pero soy uno solo, un individuo más entre los miles de millones que se quejan en todo el mundo. Igual que vos. Pero hay una solución y, si sigues leyendo, verás que no estoy mintiendo.
Cuando protestamos contra la Ley SOPA empezamos todos a pensar lo mismo: ¿Hasta cuándo tendremos que soportar a estos tipos? ¿Hasta cuándo tendremos que seguir soportando estos abusos? Hay una respuesta muy simple: hasta que todos digamos basta.
Hasta ahora, toda lucha contra esta decisión totalmente antidemocrática y contraria al sentir de casi todos los ciudadanos se ha reducido a unos cuantos sitios de Internet apagados durante algunas horas. Los demás, nosotros,  solo nos quejamos de palabra, sin hacer nada para que esto cambie.
Estas Leyes no son un invento de una mente maquiavélica y caprichosa que se despertó con ganas de fastidiarnos un poco. Son el resultado de la presión que las empresas ejercen sobre los gobiernos. 
Todos sabemos que el gobierno de los Estados Unidos responde no a los ciudadanos que los votan sino a las empresas que los mantienen. Tampoco es sorpresa que ellos, los que tienen la obligación de velar por el derecho a la Educación y la Cultura de quienes los eligieron, aprueben leyes que atenten contra este derecho constitucional en pos de los dividendos de esas empresas. 
Lo cierto es que ya nadie nos representa. TODOS los gobiernos responden a los intereses privados de unos pocos.  
A pedido de Universal Music Group, el FBI comenzó la cacería de brujas. Y no esperen algo nuevo: la Inquisición ha vuelto, esta vez, con Mulder y Scully repartiéndose el papel de Torquemada. 
Pero el problema es mucho más grave. En las acusaciones formales entran también sitios de otros países. ¿Serán nuestros gobiernos capaces de frenar esta violación a nuestros derechos constitucionales y capaces de garantizarnos nuestra libertad y nuestra soberanía? No, claro que no, nuestros gobiernos responden también al tirano del norte. Lo que ellos digan, será Ley, no solo dentro del territorio norteamericano. 
Tu capricho, Tío Sam, es Ley. Y esta Ley es una violación a la soberanía de cada nación del mundo. Una Ley proclamada en los Estados Unidos de Norteamérica regirá la suerte cultural de TODOS los países del mundo. 
¿Querés saber cómo se termina con esta situación de una vez por todas? Fácil, muy fácil. Atacando el problema desde sus mismas raíces.
El poder, aquel que alguna vez provenía de Dios para depositarse en los reyes, hoy proviene del dinero y decide el destino de nuestros gobiernos. La verdadera soberanía de cada pueblo (si es que aún quedan naciones libres) proviene, únicamente, del dinero. Quien tiene el dinero, tiene el poder. Esto significa que solo quien tenga el dinero podrá tomar las decisiones. 
Ahora bien, ¿quién es el que tiene el dinero? ¿Quién es el "soberano"? NOSOTROS.
Estas grandes empresas alimentan al poder y le imponen el juego que más les conviene. Pero, ¿quién alimenta a estas grandes empresas? De nuevo, NOSOTROS. El poder de la soberanía, ahora proveniente del dinero, sigue estando en el pueblo, en los individuos. 
Hemos sido siempre nosotros, cada uno de nosotros, quien ha estado alimentando a estos monstruos de la cultura durante décadas. No existe un solo sello discográfico, ni una editorial, ni una productora de cine que viva de sus propios empleados comprando sus propios productos. Somos nosotros quienes les damos el dinero. 
Aseguré antes tener la solución a estos abusos. La solución es que seamos nosotros quienes empecemos desde hoy mismo a imponer nuestras condiciones. Una revolución, pacífica pero eficaz que se alimente de nuestra propia indignación. 
Solo hay que preguntarse ¿por qué empresas de la talla de Universal Music Group necesita esta Ley? Porque tienen miedo, porque saben que dependen de nosotros, de cada uno de nosotros. Si dejamos de comprar sus productos estas empresas desaparecen.  
¿Qué pasaría si TODOS decidimos no volver a darles nuestro dinero a ellos? No habría más leyes SOPA nunca más.
Antes que dejes de leer desilucionado ante una solución tan obvia quiero destacar algo: ellos cuentan con que no podemos ponernos de acuerdo, o que si lo hacemos, esto duraría unos cuantos días y luego todo al olvido. La verdad es que si nos ponemos de acuerdo, de verdad, con la firme decisión de cumplir este pacto, podemos exigir la anulación de la Ley.
Podemos imponer nuestras condiciones: no volver a comprarles, a darles nuestro dinero hasta que no exigan la anulación definitiva de la Ley SOPA. 
Universal sangró solamente con las descargas de Megaupload...¿cuánto daño podría causarle un acuerdo en todo el mundo de NO comprar más sus productos? Sin duda que mucho.
Tenemos arte por doquier. La red está plagada de escritores que vale la pena leer. Que cada uno busque hasta encontrar alguno que le guste y, en vez de pagar un libro que siga alimentando a estas bestias, manden un cheque al autor de ese blog. Hay millones.
Hay millones de grupos musicales y cantantes difundiendo su obra en bares y canales de YouTube. En vez de pagar un CD o un DVD, manden un cheque a esos músicos. Asistan a los conciertos y compren los CDs que ellos mismos, y con mucho esfuerzo, han editado.
Hay miles de productoras de cine independiente, editoriales pequeñas que buscan promover nuevos autores sin imponer condiciones, pequeños estudios capaces de editar CDs de música ansiosos de vender copias de grupos desconocidos. Paguemos arte. Demos nuestro dinero a los artistas que se editan y se venden en bares, por la web, por su propio esfuerzo. No engordemos más al monstruo hasta que acepte nuestras condiciones.  
Los autores no busquemos intermediarios. Trabajemos con ganas y de a poco, juntando moneda por moneda hasta poder pagar una edición propia y venderla. Con humildad, y con la tranquilidad de saber que estamos haciendo nuestro trabajo sin que nadie nos robe, y que estamos sembrando un futuro que hoy parece utópico. Hoy no es necesario un intermediario para vender un libro o un CD a mil o diez mil kilómetros de donde vivimos. Tenemos la red, no los necesitamos.
Los consumidores, no compremos más algo que tenga el sello de estos grandes monstruos. Si dejamos de comprar, dejan de vender. Así de simple. 


Yo soy nadie. Un don nadie, como suele decirse. Igual que vos y que cada persona que anda caminando por la calle indignada con los incesantes abusos de un poder cada vez más corrupto y criminal. Hasta hace poco, todo el mundo se llenó de indignados en las calles y no cambió nada. Porque seguimos creyendo que con tuitear un "NO a la Ley SOPA"  vamos a lograr algo. Porque seguimos esperando que nos escuchen esos mismos que convirtieron a la democracia en un instrumento para dominarnos. 
No quieren escucharnos. No necesitan escucharnos porque siguen diciendo, y nosotros creyendo, que el poder es de ellos y de unos pocos que toman las decisiones. El poder es del que tiene el dinero. Y el dinero lo tenemos nosotros. Lo tuvimos siempre nosotros, pero se lo dimos a empresas que lo querían para imponernos leyes antidemocráticas.


SOMOS LOS SOBERANOS Y TENEMOS EL DEBER DE EJERCER NUESTRA SOBERANÍA.
Exigimos:
1- la anulación de ésta y todas las leyes que violen nuestro derecho a la cultura;
2- la penalización y condena legal a las empresas que practican la usura y el robo quedándose con lo que pertence a los artistas;
3- la anulación de las leyes de derechos de autor vigentes que son, en realidad, leyes de derechos del intermediario;
4-la elaboración de nuevas leyes que protegan verdaderamente los derechos del autor y condene a todo aquel que pretenda, bajo el rótulo de intermediario, apropiarse de las obras y decidir cuánto debemos pagar por ellas;
5-que toda obra musical o intelectual de autor fallecido sea declarada patrimonio cultural de la humanidad y pueda ser distribuida libremente, siempre que se haga sin fines de lucro, y que el pago de derechos recaiga, solamente, sobre aquellos que obtengan ganancias con las obras. 


Estoy seguro que podemos terminar con esto. Si TODOS nos ponemos firmes y declaramos públicamente que no volveremos a comprar los productos de las grandes empresas monstruos, hasta que ellas mismas se retracten y acepten nuestras condiciones. 


No es una utopía si todos nos ponemos de acuerdo. Somos millones los artistas en el mundo esperando que la cultura sea de todos. No queremos, ni tenemos por qué, seguir soportando este abuso de los intermediarios. El arte es nuestro. De todos. El dinero lo tenemos cada uno de nosotros y somos soberanos: nosotros vamos a decidir el final de esta lucha. Solo necesitamos una cosa: ponernos de acuerdo y anunciarles a los inquisidores que el arte es y será siempre de los artistas y del público.
¡Tenemos que dejar de darles dinero hasta que anulen la Ley o desaparezcan para siempre!


NO A LA LEY SOPA NI A LA VIOLACIÓN DE NUESTROS DERECHOS Y NUESTRA SOBERANIA.

enero 17, 2012

Huelga de poetas (Carta abierta)

Hoy quiero escribir la historia de un hombre real, como usted. La historia de un hombre que trabaja sin que nadie le pague. De un hombre sin derechos, al que le han robado la dignidad de su trabajo.
Nuestro hombre es un escritor: poeta, cuenta cuentos, pensador, llámelo como usted quiera, él ya está acostumbrado.
Cada mañana se despierta con unas cuantas ideas que escribir y una sola pregunta: "¿para qué?". Y, sin tener una respuesta, se reacomoda en la cama y sigue durmiendo, tratando de despertar en otro mundo, en otra realidad, en otro cuerpo y, sobre todo, en otra vocación.
Nuestro hombre sueña con ser empleado en una oficina del gobierno, portero, barredor, mendigo en la puerta de la Iglesia, lo que sea que se pague.
Nuestro hombre todavía no entiende qué trabajos son los que dignifican. Solo sabe, porque se lo repiten constantemente, que el suyo no. Ha estado más de diez años trabajando para otros mientras un nefasto acuerdo social intentaba mentirle que trabajaba para él. En varios países es hasta tema de dramáticos informes en la televisión que un abogado maneje un taxi, que un médico tenga que dar clases de biología en una escuela, o que un ingeniero reparta pizzas. Pero nunca escuché a nadie gritar horrorizado "¡Qué barbaridad! Un poeta atendiendo un almacén!". El poeta, el escritor, no merece el espanto y la indignación ajena.
Nadie se espanta porque un poeta esté vendiendo caramelos. Pero pobre de él si intentara afirmar que escribir (en sentido literario) es un trabajo. A nuestro hombre intentan explicarle en vano que escribir NO es un trabajo. Que el trabajo de un escritor es ser profesor de Literatura, redactor en un diario, corrector en algún lado, o periodista.
Nuestro hombre asiste a todos los cumpleaños y reuniones familiares solo para que alguien pueda echarle en cara el último ascenso de la hija del tío del primo de un hermano del vecino que pasó de barrer el piso en una oficina a limpiar las ventanas. Asiste cada 31 de diciembre a la tradicional cena de año nuevo solo para que toda la familia esté pensando "Quizás este año consiga un trabajo" (y nunca falte quien tenga la cuenta bancaria lo suficientemente inflada como para sentirse en el derecho a decirlo).
Nuestro escritor no tiene vida, no tiene futuro, no tiene seguro médico. Conclusión, no tiene trabajo. Está todo el día sentado frente a una computadora sin hacer nada.
¿Por qué ocurre esto? No sé, tengo más preguntas, querido lector, que respuestas.
El escritor debe ser cualquier cosa menos escritor: profesor en algún colegio, periodista, redactor en alguna empresa o diseñar el slogan que venda una cortadora de césped. El escritor no puede ser escritor.
El trabajo de escritor no existe. Escribir literatura no es un trabajo.
Escribir poesía es tan poco digno que hasta debo dejar de hacerlo para responder un mail de una revista, de un diario, o de un lo que sea que vaya a ganar dinero con lo que yo escribo, para decir, con el pecho inflado de orgullo y felicidad: "si, claro, publiquen mi poema/cuento, es un honor". Y dos horas después estar mirando el último cigarrillo pensado que quizá no vuelva a fumar uno hasta que algún amigo venga de visita.
La excusa más repetida es que la revista no se vende, que se distribuye gratuitamente, que es on line, que apenas se mantiene. Yo ni a mantenerme llego y vos adornás mi poema con publicidades que cobrás sin la más mínima vergüenza.
¿Y si yo no autorizo a publicarme sin pagar por mi trabajo? La respuesta es clara: no me publican. Porque mi trabajo no vale. Los dos meses que estuve trabajando un cuento no valen en dinero absolutamente nada. Porque escribir no es trabajo. Editar es un trabajo, vender publicidad es un trabajo. Escribir lo que ellos venden (directa o indirectamente, porque cobrar por publicidades también es vender lo que uno escribió) no es trabajo.
De las editoriales, mejor no hablar. Algún día, la humanidad tendrá que entender que todo lo que está mal en el mundo es consecuencia directa de poner precio a las letras. La Revolución Francesa hubiera muerto en el sueño de un puñado de borrachos gritando en una taberna de no ser por la imprenta, por el libro, porque aquel sueño de Igualdad, Libertad y Fraternidad llegó a todos los rincones del planeta en unos cuantos libros impresos. Claro, cuando todavía se imprimían ideas. Ahora, Coelho deja más ganancia. Y ni el más mínimo riesgo de una idea que amenace con una sublevación de desnutridos en toda África.
Pero ya estoy desvariando. Disculpen esta pasión desperdiciada en defender un pasatiempos (creo que así es como quieren que lo llame).
El tema es que la historia de hoy no es de un hombre solo, único y especial (que ya habrán adivinado de quién se trata). Mi historia es la de miles de hombres y mujeres que por todo el mundo vamos dejando un verso, un cuento, o algo, por pequeño que sea, que escribimos y que usted lee.
Tómese un día el trabajo de buscar en internet cuántos somos los que estamos aquí ofreciéndole algo mejor que esos programas de televisión basura; algo más digno, más serio que esos libros que intentan imponerle desde una oficina de contabilidades mezquinas que responden a los más nefastos intereses de unos pocos.
Tómese el trabajo de preguntarse seriamente por qué nuestro trabajo no vale lo mismo que el suyo.

¿Qué pasaría si un día decidiéramos, todos juntos, declararnos en una huelga poética? Absolutamente nada. Por dos razones muy simples. Primero, hay infinidad de cosas para leer y si un día todos los que escribimos dejáramos de hacerlos, quizá usted tendría tiempo de leer todo eso que no ha podido leer hasta ahora.
Pero la segunda razón, la más importante, es porque seguiríamos escribiendo porque amamos lo que hacemos.  No podemos dejar de escribir como usted no puede dejar de ser usted. Somos escritores, no otra cosa. Ni profesores, ni camareros, ni ninguna otra cosa. Somos escritores. Nuestro trabajo es este. Nuestra vida es esta y usted no puede ni imaginar la literatura maravillosa que podríamos crear para usted si tuviéramos la oportunidad de hacerlo, si no tuviéramos que conformarnos con escribir los fines de semana o los ratos que nos deja nuestro trabajo de verdad.
Yo he tenido la suerte maravillosa de quedarme sin trabajo. Si, de ser uno de esos millones de desempleados de los que tanto se habla en los medios. De ser uno de esos seres sin futuro, pero más que nada sin presente. Y digo suerte porque en estos meses he podido darme el lujo de despertarme temprano a trabajar de escritor. Pero nada dura para siempre. Es cuestión de tiempo que estos meses pasen a ser un buen recuerdo.
En España y en todo el mundo se habla de "los indignados", los que se cansaron de no ser. Yo estoy harto, querido lector y compañero, de no ser. Harto de levantarme cada mañana y preguntarme "¿para qué?". Harto de tener una respuesta, y que sea siempre la misma. Harto de tanta literatura, de tanto sueño, de tanta fe, de tanta historia de mentira, harto de seguir esperando el milagro.
El mundo es esto porque nosotros lo hicimos así. Es imposible que unos cuantos señores decidan el futuro de seis mil millones de personas. Esta realidad la cagamos nosotros. Y hasta que no dejemos de comprar mentiras y bolsas de basura no dejarán de venderla.
Hoy, cuando me desperté, con la misma respuesta de siempre, estuve a punto de quedarme en la cama esperando despertar en un pibe que sirva café en una oficina por el sueldo mínimo. Algo me dijo que eso no pasaría y decidí levantarme y escribir, pero cambiando un poco el estilo. Contar una historia que no fuera un cuento. Contar la historia de miles de escritores que NO somos profesores, ni taxistas, ni empleados en el almacén de un pariente lejano que tuvo éxito mientras nosotros perdíamos el tiempo escribiendo poemas.
Porque ni eso es tener éxito ni esto es ser un fracasado. Mi éxito es que usted esté leyendo esto, que haya leído mis poemas y mis cuentos y haya encontrado en ellos alguna virtud, algún sentimiento, alguna idea. Porque soy escritor y punto.
Le pido disculpas si esperaba otra cosa, algún poema de esos de medio pelo que suelo escribir o un cuento tonto sobre muertos que vuelven de la muerte porque extrañaban a un amor...hoy no tengo ganas. Hoy me desperté aplastado por un "¿para qué?" con la misma respuesta de siempre: para nada, para que me sigan diciendo que me busque un trabajo mientras mis poemas y mis cuentos siguen paseando por revistas de todo latinoamérica y España. Para que me sigan acusando de ser un fracasado mientras los imbéciles piden el Nobel para Coelho y las editoriales guardan ese silencio asesino que ya les queda como pintado, mientras la gente sigue quejándose y repitiendo "es así, no podemos hacer nada".
Hoy me levanté más harto que nunca.
Perdón por el hartazgo.

enero 03, 2012

Como pudo se levantó. Levantó lo que quedaba de él. Con mucho trabajo llegó hasta la puerta de su casa y por primera vez se preguntó si aquella había sido una buena idea. "Ya ha pasado algún tiempo", pensó, "es posible que tenga a otro hombre a su lado". Pero estaba decidido a recuperarla. Suspiró fuerte, o fingió hacerlo, para darse valor y golpeó la puerta.
Abrió ella misma, lo que fue un alivio para él. Estaba más hermosa aún de lo que él la recordaba. Durante unos segundos los dos se miraron sin hablar. Él la admiraba con todo su amor más vivo que antes. Ella lo veía horrorizada. Allí, delante de su puerta, un esqueleto incompleto, agusanado, apenas cubierto con unos jirones de las ropas con las que lo habían enterrado, la miraba fascinado y visiblemente nervioso a través de las cuencas vacías de los ojos.
Ella necesitó varios minutos antes de, finalmente, reconocerlo.
Él iba a decirle que la extrañaba demasiado cuando se escuchó la voz de un hombre que preguntaba desde el interior de la casa:
─¿Quién es, amor?

enero 02, 2012

"Fui feliz. Tuve el amor de una familia que me cuidó siempre y me contuvo. Tuve el amor de todas las mujeres que quise y amé, cada una en su momento y por el tiempo preciso, sin discusiones, ni despedidas violentas. No guardo rencores ni supe nunca lo que es el odio. No conocí la pobreza y todo lo que necesité o quise lo tuve. Todo lo que emprendí resultó mejor de lo esperado. Tampoco sufrí de enfermedades, ni molestias físicas.
Todo en mi vida fue soñado, perfecto. Solo una cosa hubiera empeñado esta vida perfecta: una vida plena exigía una muerte igualmente plena. No puedo morir anciano y que todos piensen, satisfechos, que he vivido todo lo que tenía que vivir. Es necesario un dolor sin atenuantes para una vida que no los tuvo en las dichas.
Ahora, mientras escribo estas líneas y pienso en el desfile de personas lamentando mi temprana muerte y mi vida truncada en todo su potencial, soy feliz."
La carta se encontró prolijamente ubicada junto al cadáver del hombre que se había suicidado.