enero 03, 2012

Como pudo se levantó. Levantó lo que quedaba de él. Con mucho trabajo llegó hasta la puerta de su casa y por primera vez se preguntó si aquella había sido una buena idea. "Ya ha pasado algún tiempo", pensó, "es posible que tenga a otro hombre a su lado". Pero estaba decidido a recuperarla. Suspiró fuerte, o fingió hacerlo, para darse valor y golpeó la puerta.
Abrió ella misma, lo que fue un alivio para él. Estaba más hermosa aún de lo que él la recordaba. Durante unos segundos los dos se miraron sin hablar. Él la admiraba con todo su amor más vivo que antes. Ella lo veía horrorizada. Allí, delante de su puerta, un esqueleto incompleto, agusanado, apenas cubierto con unos jirones de las ropas con las que lo habían enterrado, la miraba fascinado y visiblemente nervioso a través de las cuencas vacías de los ojos.
Ella necesitó varios minutos antes de, finalmente, reconocerlo.
Él iba a decirle que la extrañaba demasiado cuando se escuchó la voz de un hombre que preguntaba desde el interior de la casa:
─¿Quién es, amor?

2 comentarios:

  1. Esta muy bien el blog, no lo conocía hasta ahora, me pasaré más a menudo a leerlo. Aprovecho para felicitarte el 2012, un saludo!!

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  2. Muchas gracias. Felicidades también para vos!

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