septiembre 03, 2011

Si me dejaras creer en un tal vez, aunque sea mínimo, te asegurarías al menos un hombre que te tenga en un altar y esté dispuesto a lo que necesites siempre. Al decidir que jamás dirás que si me estás dando la libertad de no ocuparme de tí lo necesario, de no escoger los métodos de conquista adecuados y que finalmente te convendrían.
Esto es, si ningún camino lleva donde uno quiere llegar, ¿qué importa cuál escogamos?

Apología de la Histeria