julio 07, 2013

Era evidente que esperaba algo. Sentado allí, en soledad, con la mirada extraviada.
─¿Qué esperas?
─Habían dicho que el fin del mundo llegaría hoy ─respondió con tristeza.
Dios lo miró y miró la devastación que lo rodeaba. El mundo ardía en incendios provocados por el hombre, no quedaba ni una gota de agua, ni un solo punto verde en millas y millas. En el cielo, una nube de humos tóxicos cubría todo como un cieloraso manchado de humedad.
Dios recordó entonces la voz de los ángeles repitiendo "esto es bueno" durante la creación y se preguntó, después de varios milenios, si realmente había sido todo tan bueno.