Excusa
Uno aprende un día que es posible sentir algo así como desprecio por todas las cosas que lo rodean, simplemente, porque no te conocen.
Las ventanas, los muebles, las esquinas del barrio, nunca te han visto y no sabe de vos ni te piensan.
La única solución es invitarte, un día, una tarde, a que te conozcan. A que pases por la calle, quizás hasta invitarte a que entres, que adquieras la bella costumbre de rodearte por todas esas cosas y te conozcan.
Sé que suena bobo, a una excusa tonta para decirte que vengas a verme, pero es la única forma que tengo de poder sobrevivir a la rutina sin que me consuma el odio de sentir tu ausencia en todas las cosas.
Buenas tardes amigo, siempre he tenido la loca idea que las cosas sienten y padecen como uno, y hasta conspiran en nuestra contra cuando las tropezamos o no las encontramos, ya veo que no soy el único con este pensar. Lo que no se me había ocurrido era invitarlas conocerme, ha superado usted este pensar abstracto, lo pondré en práctica y le cuento como me va.
ResponderEliminaruenas tardes, amigo! Aprovecho para agradecerle su recomendación en hilvanando letras (creo qeu así se llama). No entendí bien el mail pero sospecho que algún comentario suyo fue la causa de ser incluido y quiero agradecerselo.
ResponderEliminarAvise cuando cómo le va que me interesa saberlo. Un abrazo!
Profundas palabras. Simplemente Me encanta!!
ResponderEliminarGracias, por el elogio y por pasar. De verdad.
ResponderEliminar