abril 21, 2011

No intentaré una apología del ateísmo. Ya en algún concilio se dejó en claro que este es una irrealidad y que no hay ateos en el mundo. Gracioso que la misma Iglesia Católica Apostólica y Romana niegue a sus retractores. Pareciera ser una costumbre ya enraizada en el cristianismo. La religión que ha predicado durante más de dos mil años el amor al prójimo y la tolerancia ha resultado ser, desde que alcanzó el poder en el siglo IV, la manifestación más clara e irrefutable del despotismo. Precisamente ellos, los que pretendieron conquistar más naciones que ninguna otra religión, son los primeros en salir a imponernos su religión de amor y tolerancia. Ellos que no han dejado un continente virgen de sangre. Ellos que convirtieron en dogma la conquista del oriente y el mayor genocidio jamás cometido en América. El cristianismo ha asesinado más personas que cualquier enfermedad en la historia. Incluso cuando la peste de 1348 amenazó con superarla en el número de muertes causadas, la Iglesia Católica se aplicó con todas sus fuerzas en impedirlo: culpó a todos los herejes por la peste y los asesinó. Extraña ironía que el Dios del amor sea el asesino en serie más formidable de la historia.
Esta costumbre irónica y ciertamente algo pretensiosa de ser la Fé más asesina de la historia se ha continuado durante más de mil quinientos años.Actualmente, la fé cristiana es la bandera por la que mueren más niños en Medio Oriente de los que matan el hambre y la pobreza en África. En un solo país el cristianismo asesina más gente que la miseria en todo un continente. Claro que la Iglesia se vale de armas más eficaces, el hambre tarda años en matar a un niño.
Actualmente la Iglesia Cristiana en toda Latinoamérica no solo avala sino que también mantiene la explotación constante de los aborígenes americanos. Desde la Tierra del Fuego hasta la frontera norte de Méjico el Catolicismo se ha aliado malintencionadamente con el poder de los grandes terratenientes que, en términos legales poco claros, continúan la tradición esclavista del colonialismo español.
En cada cerro de la cordillera una nación americana desaparece bajo el peso de la cruz. Bendita la tolerancia que esconde el puñal bajo la sotana.
¿Es cada cristiano responsable de las muertes que sus respectivos líderes siembran en el mundo? La respuesta más obvia es no, por lo que responderé que si. En treinta años de católico apostólico romano solo se me ha enseñado el odio y la intolerancia. Ni el nazismo se atrevió a atribuirse superioridad tal como la del cristiano. Hoy, abundan Testigos de Jehová, Evangelistas (varios y diversos) y Católicos convencidos de que la verdad ha de ser revelada al mundo. SU verdad. Porque el dolor de cada uno de los más de ocho millones de aborígenes torturados, violados, mutilados, descuartizados y, finalmente y gracias a Dios, asesinados no era VERDADERO. Solo la pasión de su Cristo es verdad. Que millones de africanos hayan sido vendidos en las Iglesias de todo el mundo como esclavos, que más de la mitad de la población americana actual descienda de violaciones y abusos sexuales avalados por la Iglesia, y que Asia siga siendo el Reino Eterno de la Miseria luego de la cristianización y que tantas atrocidades más se hayan cometido en el Nombre de Dios, no es verdad.
Solo por Cristo nos hemos de salvar, dicen. Y de todas formas intentan meterse en tu casa y en tu alma y convencerte de todo lo que Ellos llaman la VERDAD. ¿Y si no quiero? ¿Y si no creo? Nunca he podido afirmar mi incredulidad ante un cristiano sin tener que dejar de hablarle. No se puede negar la fe cristiana sin que quieran convencerte de Dios y Cristo y la Virgen. ¿Por qué no se puede no creer? Justifican su intolerancia y su despotismo por algo llamado convicción. Yo creo en lo que creo y no me importa si los demás no. Y no es falta de convicción: es RESPETO y TOLERANCIA. Cada cual a lo suyo y a su modo. No creo, y no puedo pedir disculpas como tampoco puedo no creer en lo que creo.
La religión del amor y la tolerancia, según Ellos. El mundo es de Ellos, que son incapaces de entender que NADIE les dio la verdad de nada. Que más vale para mi la creencia en un Karma que en un Cristo. ¿Podrán dejarme creer en lo que crea?... ¿O vendrán el domingo a tocarme timbre para traer la luz a mi horrible vida?

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