abril 02, 2013


Volver es no quedarse, tampoco, en lo avanzado. No olvidar que el horizonte nos rodea en 360 grados. Hay un cielo delante nuestro, pero también detrás; y a cada lado.
Olvidar que una vez fuimos el pie y no la huella; reconocer en esa huella a ese ser que miraba, anhelante, ese mismo camino no como una experiencia pisada sino como un puente por cruzar.
Después, es cierto, modificamos el rumbo, aprendemos, buscamos nuevas opciones nos adaptamos a nuevos sueños, nuevas circunstancias y, a veces, hasta renegamos de ese ser que fuimos.
Pero esa huella que vemos detrás nuestro, que llamamos "pasado", fue alguna vez lo que tuvimos delante y quisimos recorrer.

Volver a recorrer un camino abandonado que incluso tratamos, injustamente, como un error, es también reconocer el error de haber olvidado.
De haber olvidado esa parte tan propia e íntima que es la que define quién somos, y de dónde venimos.

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