julio 19, 2011

La normalidad es la rareza de la mayoría. Biológicamente imposible, la salud solo es un estado de enfermedad compartida por aquellos que desconocen las fallas en su organismo. La belleza del cuerpo es la aplicación práctica de unos cuantos principios de la óptica. Fuera del mundo físico, en la poesía, por ejemplo, los defectos, ni se narran ni se enumeran. Los hechos más pequeños, como tomarnos de las manos o un lunar preciso, se hacen un verso. Incluso un defecto de pigmentación en la piel como un sector del rostro poblado de pecas, será en un poema un cielo repleto de estrellas. La poesía es la exageración positiva de los pequeños elementos que componen lo cotidiano. Y la belleza, un invento de los poetas.
Pronto los tendré frente a mi gritando y queriendo lastimarme. Aquí están, nuevamente. Se oyen los pasos.
He resignado la mirada vital de Febo por el miedo que me causan y aún así vienen a perturbarme a mi propia casa.
No bastaron los incontables pasillos.
Siete varones y siete doncellas; esos monstruos que vienen de ese mundo queriendo quitarme lo que es mio. Casi no tengo posesiones y ellos lo saben porque conocen los pasillos vacíos. Vienen por mí, con sus deformidades y sus costumbres inmorales.
He sobrevivido otras veces por la gracia de estos pasillos que los confunde y los pierde y los divide antes de llegar al patio. No logro entenderlo, pero por alguna razón, cuando están solos parecieran temerme aún más que yo a ellos. Entonces, se me hace más fácil evitar la muerte.
El eco me dice que están muy cerca.
Otra vez la terrible necesidad de defenderme de ellos con mis propias manos. Yo, que jamás he blandido arma alguna, que he despreciado la raza de asesinos que habitan fuera de mi palacio, tendré que defenderme o morir.
Yo, Asterión, solo, en mi Palacio, espero que comiencen a llegar.
No temo la muerte, que un día llegará de todas formas, solo temo no saber nunca por qué estos monstruos vienen a mi casa a buscarme.

julio 08, 2011

Existe un libro con un único poema infinito. Cada verso narra un beso y en la suma total de ellos están escritos todos los besos. El Poema está compuesto en estrofas que hablan de dos únicas personas. Sin embargo, es éste el único libro de la Biblioteca del Destino que admite una lectura desordenada, y así muchos han leído dos o más de las estrofas propias a un mismo tiempo.
 No hay dos estrofas que contengan la misma cantidad de versos. Conocemos el momento exacto en que empezamos a contar las sílabas de los versos que nos han sido destinados. Pero no el momento en que se gastan los versos que se nos dieron.

julio 05, 2011

La Casa Real tenía jardines y huertos que ahora los ojos del Inca veían como en un sueño.
En ellos habían plantado árboles de todas las especies que en el país crecían, todos contrahechos en oro y plata por amorosas manos. Tronco y copa, con sus hojas y sus frutos. También plantas, de las más hermosas y de las más humildes, con sus hojas y sus flores, y con aves de todas las clases en sus ramas, o bebiendo sus mieles.
También los maizales estaban hechos de plata, con sus hojas, mazorca y cañas, y los cabellos que echa la mazorca eran de oro.
También había pequeños animales: conejos, venados y gamos, y hasta ratas, lagartijas y culebras, magistralmente construidos en oro hueco. Y mariposas en las flores. Por entre los dorados pastizales alguna llama con su dorada lana pastaba estática. También, leones y tigres dorados para mayor regocijo del Padre.
Y todo esto era para dar gracias porque no hubo en el reino hombre, mujer o niño que sufriera de hambre o le faltara alguna cosa. Porque el Padre es Bueno y Generoso. Nos dio la vida y las cosechas cuando nuestros ancestros moraban en cuevas sufriendo por el ánimo y los caprichos del mundo. Nos dio las casas y las ciudades y la Ley.
Ellos, los que llegaron del mar, lo llaman lujo. Porque no lo entienden. Y dicen que entre hermanos dividimos nuestro pueblo, porque tampoco entienden. A mi hermano lo amo y lo amaré, aunque estemos obligados a medir nuestras fuerzas. Porque nuestro Señor debe ser el más fuerte y hábil en los manejos de nuestras gentes. Cuando finalmente  el Padre escoga a uno de entre nosotros, nos abrazaremos y celebraremos la victoria no de uno de nosotros si no de todo nuestro país. Porque Huiracocha no se equivoca.
Nosotros nos equivocamos. Creímos ver en sus rostros pálidos a nuestros dioses. Abrimos la puerta a la muerte que trajeron.
Ese hombre que se llama Pizarro, y que ellos reconocen como Señor, hoy ha estado aquí como todos los días. Me ha dicho que al fin mis gentes han pagado el rescate pedido. Siempre me ha tratado con el respeto que debía. Y yo a él. Creo que nos hemos tomado aprecio y veo en sus ojos un dolor que entiendo. Quiere nuestras tierras, nuestros jardines y nuestra gente. Por eso me quitará la vida aunque haya prometido mi libertad.
Huiracocha escogió finalmente a mi hermano y no podré alegrarme con él. Solo por eso mis ojos lloran en esta celda obscura. Quiera el Padre, que Huáscar, allí, en mi amada capital, sea el que nos libre de esta muerte.

julio 02, 2011

Crimen y castigo de ser Argentino.

Mis amigos más cercanos saben que desde muy jóven he hinchado por cada selección de fútbol que se ha enfrentado a la Selección Argentina. Muchos, que apenas me han conocido, lo han tomado como una falta de patriotismo, o, peor aún, como una muestra de "antipatriotismo". Afortunadamente, nunca fui acusado de traición a la patria. 
Mi sentimiento "patriótico" es bastante débil. No he logrado, casi nunca, sentirme argentino. No puedo, aunque lo quiera y lo intente. Lo más que consigo es alguna especie de lástima por ese orgullo que más tiene que ver con la soberbia y el egocentrismo que con el amor por un suelo.
Tengo aquí a mis vivos y a mis muertos. Mi niñez, mi adolescencia, mis primeros amores, mis primeras aventuras en la vida. Todo lo que he sido, y soy, está íntimamente ligado a este suelo. Pero no seré NUNCA un "argentino".
Poco falta para que se cumpla un año de mi primer poema publicado. Desde entonces, he tenido la dicha de que mi poesía me regale amigos de varios países de Latinoamérica. Los medios de comunicación nos permiten hoy sembrar ciertas formas de amistad que no requieren de la cercanía física. En Chile, en Urugüay, en Colombia, en Perú y en Méjico he cosechado algunos afectos distantes, pero, no por eso, menos válidos. Pero hay algo común en el conocimiento con esa gente: el "vos no parecés argentino". Al poco tiempo de las primeras conversaciones aparece ya este comentario inevitable para todos ellos. No he podido, y vaya si me hubiera gustado poderlo, evitar esa vergüenza: la vergüenza de no parecer argentino por parecer "buena gente".
Esa gente tiene, y ha tenido por mucho tiempo, una imagen triste de nosotros. Han aprendido a despreciarnos, y, si me permiten esta confidencia, creo que fuimos nosotros quienes les enseñamos a hacerlo.
Hoy quiero celebrar esas amistades. Saludar a mis amigos bolitas, perucas, chilotes, paragüas...Agradecerles el HONOR de poder ser amigos. Celebrar a esta América hermosa que los Argentinos olvidamos y despreciamos queriendo parecer europeos. 
Pero también quiero pedir, por favor, a todos los argentinos, que dejemos de generar el odio que generamos. Que dejemos de creernos lo que no somos. Que seamos, finalmente, un poco, al menos un poquito, de lo que decimos que somos y vamos a encontrar muchísimos amigos en todo el mundo. Amigos verdaderos y que valen tanto o más que cualquiera de nosotros.
Un abrazo sincero a todos mis hermanos latinoamericanos. Y perdón por la soberbia.